martes, julio 29, 2008

Anselm Kiefer en el Louvre.


Estuve un par de días en París y cometí el error de meterme en el Louvre -con lo cual perdí medio precioso día de paseo por la ciudad de la luz-, pero tenía que hacerlo, hacía cinco años que no pasaba por allí y tenía ganas de ver las obras que Anselm Kiefer creó para la decoración de algunos puntos del museo-palacio. Concretamente son un cuadro y 2 esculturas. Se encuentran en dos paneles laterales y un frontal subiendo unas escaleras en la sección de Arte egipcio. Desde el 2003 la política del museo es integrar una obra moderna (en esta ocasión del siglo XXI y con antecedentes como Braque; Bill Viola fue rechazado por ser su formato el video y no estar en consonancia con la tradición pictórica del Louvre) en la arquitectura del edificio. El resultado es espectacular. El tema empleado por el alemán afincado en Francia para la pintura "Athanor" es el de ritos funerarios y constelaciones y hace referencia a la práctica alquimista de convertir metal en oro y en conseguir el secreto de la inmortalidad; en él se ve a un tipo yacente bajo un cielo negro y estrellado, con la impronta típica del materialismo kieferiano. Ha utilizado suelo de su lugar de residencia en Barjac al sur de Francia sobre el que ha espolovoreado plomo líquido, luego una capa de plata y finalmente otra de oro líquido, configurando las tres fases del proceso alquímico. Al parecer es un autorretrato y según sus propias declaraciones "él no está aún muerto, sino en el universo". Las estrellas se confunden con polvo de nieve de pinturas antiguas, "cuando la nieve sopla, todo parece moverse", dice enigmáticamente el artista. Las esculturas se denominan Dánae (un flexo instalado sobre unos libros) y Hortus Conclusus ("jardín cerrado", término que hace referencia al jardín donde se encuentra la fuente de la vida; concepto también utilizado en la representación cristiana de la Virgen María y de la Anunciación como en la de Fray Angelico del museo del Prado: para Kiefer, unos girasoles de plomo). El resultado es impresionante, alucinante y de ningún modo transgrede el contenido del museo, tras ver unas cuantas momias egipcias y pasear entre esfinges y jeroglíficos, la obra de Kiefer te catapulta al más allá desde la dimensión más innovadora -sin dar la espalda al arte antiguo. Saqué estas fotillos.

miércoles, julio 23, 2008

Jan Van Eyck: y Dios creó la pintura.



Otro belga, sí, ¿qué pasa? Se desconoce cuándo y dónde nació aunque se piensa que podría haber sido en 1390 en la ciudad de Maaseik, en Limburgo. Murió en 1441 y fue enterrado en la iglesia de San Donaciano, en Brujas. Algunas voces expertas lo señalan como el inventor de la pintura al óleo.
El invento.
Leamos a Mr. Gombrich comentando el famoso Retrato del matrimonio Arnolfini, hoy en la National Gallery de Londres: "Para llevar a cabo su propósito de sostener el espejo de la realidad en todos sus detalles, Van Eyck tuvo que perfeccionar la técnica de la pintura. Fue el inventor de la pintura al óleo. Se ha discutido mucho acerca de la verdad y el exacto sentido de esta afirmación, pero los pormenores importan relativamente poco. No se trató de un descubrimiento como el de la perspectiva, que constituyó algo enteramente nuevo. Lo que él consiguió fue una descripción nueva para la preparación de los colores antes de ser colocados sobre la tabla. Los pintores de entonces no compraban los colores ya preparados en tubos o cajas, sino que tenían que prepararse sus propios pigmentos, obtenidos en su mayoría de plantas o minerales. Reducían éstos a polvo entre dos piedras -o los hacían moler por sus aprendices- y, antes de usarlos, les añadían cierta cantidad de líquido para formar con el polvo una especie de pasta. Existieron diversos modos de hacer esto; durante todo el medievo, el principal ingrediente de dicho líquido había sido el huevo, que daba excelentes resultados, pero que tenía el inconveniente de secarse muy deprisa. El procedimiento de pintar con colores preparados de este modo se denominó témpera. Parece ser que Van Eyck se hallaba descontento con la fórmula, ya que no le permitía conseguir transiciones suaves fundiendo unos colores con otros. Si emplease aceite en vez de huevo, trabajaría mucho más lentamente y con mayor exactitud; podía hacer colores transparentes para ser aplicados por capas; podía realzar las partes más luminosas con el pincel afilado y conseguir esos milagros de exactitud que asombraron a sus contemporáneos y que condujeron a una rápida aceptación de la pintura al óleo como el más adecuado vehículo del color". Claro, hasta que un tal Balthus llegara en el siglo XX y reinventara el uso de la caseína y a un tal Tápies se le ocurriera pegar trapos y tierras en los lienzos.
Hockney y su obsesión con los espejos.
Otros aspectos de la pintura de Van Eyck y otros artistas del renacimiento flamenco han despertado interés en los estudiosos, como es el engima de esa extraordinaria exactitud realista que desconocían en Italia. Acudamos a El conocimiento secreto del gran pintor inglés David Hockney -ya comentado en este blog hace un tiempo-: "Estoy seguro de que Robert Campin y Jan Van Eyck tenían conocimiento de los espejos y las lentes -los dos elementos básicos de la cámara moderna- porque pintaron algunos en varios de sus cuadros de la década de 1430 (y, en esa época, los pintores y los fabricantes de espejos eran miembros del mismo gremio)." Hockney se refiere al cuadro de Brujas La virgen y el canónigo van der Paele donde éste porta unas gafas. Continúa: "Las lentes y los espejos todavía eran raros en esos tiempos y los artistas debían de sentirse fascinados por los extraños efectos que producían. En calidad de personas que hacían imágenes, debieron de haberse quedado estupefactos de que figuras enteras, incluso habitaciones enteras, pudieran verse en tan sólo un pequeño espejo convexo. Sin duda no es una coincidencia que tales espejos llegaran a la pintura en el mismo momento en que apareció en el retrato una mayor individualidad." Hockney sostiene la teoría de que es imposible conseguir la precisión en el dibujo que exhibe Van Eyck sin una ayuda distinta a la tradicional cuadrícula y encuentra en la óptica la respuesta a este interrogante. Van Eyck "podría haber construido, con el mismo espejo, un epidiáscopo, que proyecta una imagen desde una superficie plana a otra, ampliada o reducida, para transferir el dibujo ampliado al panel". Lo peor del asunto es el de la invención de la palabra "epidiáscopo", para ello Van Eyck tuvo que sudar tinta, por dios.
El políptico de Gante.
Este verano estuve muy cerca de poder ver una de las grandes obras maestras de Van Eyck, el Políptico del cordero místico, en Gante, una pintura que pudo haber sido pintada en colaboración con su hermano Hubert. Se terminó en 1432 y según mi tocaya Daniela Fonti "la crítica no coincide sobre los trabajos atribuibles a Hubert. Las dos antas externas están pintadas por las dos caras de modo que en el políptico cerrado se puede contemplar una escena dividida en tres partes: en lo alto, las Sibilas y los Profetas anunciadores de la llegada de Cristo; en el centro, la Anunciación; abajo, San Juan Bautista y San Juan Evangelista, el primero precursor de Cristo, el segundo autor del Apocalipsis, que cierra idealmente el ciclo cristológico. El concepto de la salvación a través del verbo divino se centra en la representación de la Adoración del cordero místico en el interior del políptico. En esta bellísima escena se destaca la preocupación por llegar a plasmar la minuciosa variedad del paisaje, así como los detalles de adornos y ropas, que llega a su máxima perfección en los pliegues de las telas, en un alarde de rigurosa técnica". Gombrich hace hincapié en otras zonas de esta magna obra: "La manifestación más sorprendente de su nueva concepción del arte la reservó, sin embargo, para las pinturas inferiores: las figuras de Adán y Eva tras la caída. La Biblia relata que solamente después de haber comido de la fruta del árbol del conocimiento ambos supieron que estaban desnudos. En cueros vivos, desde luego, pese a las hojas de higuera que sostienen en las manos. Aquí no podemos hallar ningún paralelismo con los maestros del Renacimiento temprano en Italia, pues ellos nunca acabaron de abandonar las tradiciones del arte griego y romano. Recordemos que los antiguos habían idealizado la figura humana en obras conmo Apolo de Belvedere o la Venus de Milo. Jan Van Eyck no quería saber nada de todo eso. Debió situarse ante modelos desnudos y pintarlos tan concienzudamente que las generaciones posteriores se mostraron algo escandalizadas ante tanta honestidad".
Van Eyck hizo mucho por la pintura -no sólo admirables cuadros de increíble belleza-: inventó -o al menos contribuyó en gran medida a su uso- la pintura con aceite como soporte; posiblemente trabajó con métodos ópticos para conseguir mayor realismo; y también utilizó modelos para aproximarse a ese realismo.

viernes, julio 11, 2008

Mucha, Miró, Twombly


Mucha, Miró, Twombly:
una jornada en Madrid.

De regreso de Bruselas estuve una jornada en Madrid. Una jornada que dio para mucho. Primero me fui al impresionante edificio de Caixa Forum en el paseo del Prado donde hasta el 31 de agosto se puede disfrutar de la exposición de Alphonse Mucha: Seducción, modernidad y utopía. De entrada gratuita y perfectamente explicada con tableros bilingües la muestra se divide en varias secciones: Teatro, la transfiguración de la realidad -donde vemos esos carteles dedicados a las obras interpretadas por la actriz del momento Sarah Bernhardt, la Nicole Kidman de principios del siglo XX jeje-; la metrópolis como escena -"Mucha creó su arte en el contexto de una urbana, cosmopolita y moderna civilización"; Misterio en la búsqueda de sueños e ideales -"Mucha usó metáforas enigmáticas y señales esotéricas en sus obras"; La épica eslava: una visión -se proyectan imágenes de su serie Épica eslava que recoge diferentes momentos de la historia de las gentes eslavas, una serie de cuadros al óleo increíbles de gran formato que se encuentran en Praga (http://www.pricejb.pwp.blueyonder.co.uk/slav-epic/Gallery.htm); La belleza de la mujer como musa e icono -"En la obra de Mucha la mujer es el catalizador y la personificación de la belleza"; La fotografía como una herramienta y como arte -"en sus viajes a través de los países eslavos, Mucha capturó momentos particulares, gentes y paisajes con una mirada curiosa, sensible, artística y llena de humanidad"-; Modernidad, Mucha y la génesis de la publicidad -"sus trabajos fueron usados para envasado de dulces y perfumes, anticipándose a la presentación contemporánea de los productos"; y por último La divulgación del estilo Mucha -"La enorme influencia de Mucha se reflejó en los productos de mercado y en la obra original de creadores como Alejandro de Riquer y Eulogio Varela". A través de toda la exposición se pueden admirar una selecta selección de carteles -con sus distintas series sobre estaciones, flores, etc...-, y también bocetos preparatorios para cuadros, así como pinturas al óleo -quizás su vertiente menos conocida y que revelan un talento excepcional para el estilo neoclásico y simbolista. Más sobre esta exposición: MUCHA. Luego me fui para el Thyssen, a dos pasos estaba esperándome una magnífica exposición de Miró titulada Tierra. Desde Huerto con asno de 1918 pintado en la masía de Mont Roig hasta Lienzo quemado de 1973, la exposición recorre prácticamente toda la vida creativa de este catalán inmortal. Diferentes secciones argumentan el hilo conductor de la muestra: Mont Roig; Transparencias animadas; Paisajes del origen; Polimorfismos; Figuras platónicas; El retorno; y Ciclos. Podemos ver al Miró más "lunático" -con sus muescas típicas y ensoñadoras- hasta el más informal -desde el punto de vista del informalismo, con el uso de materiales tradicionalmente no pictóricos como cuerdas, telas,... La web del Thyssen despliega la muestra brillantemente aquí: Miró: Tierra. Como ya he comentado en El mundo de Kovalski la oferta cinematográfica de Madrid era demasiado tentadora y el calor demasiado insoportable como para no tomar un descanso en los cines Renoir y ver Wonderful town. Por la tarde me dirigí al Museo del Prado dispuesto a agotar las últimas horas de mi estancia en Madrid. Allí había nada menos que 3 magníficas exposiciones: LEPANTO, de Cy Twombly; Goya en tiempos de guerra; y El retrato del renacimiento. Los doce cuadros que conforman la serie Lepanto del americano Cy Twombly "se expone por última vez antes de su instalación definitiva en el Brandhorst Museum de Munich". Ya comenté algo de esta exposición hace unos meses, la presencia de un autor contemporáneo en el Prado queda justificado según el folleto del museo de esta forma: "La presencia de Lepanto en España actualiza por tanto la importancia histórica de los grandes ciclos narrativos, y especialmente, las series de batallas que forman un núcleo fundamental en la colección real. Al mismo tiempo, el extraordinario friso de Twombly introduce un nuevo eslabón en la fabulosa secuencia de la tradición veneciana que se encarna majestuosamente en el Prado a partir de la relación de los primeros Austrias con Tiziano y que, sin solución de continuidad, llega hasta nuestra época"; "el cruce entre el relato histórico y el relato artístico es uno de los atractivos especiales de este encuentro de Lepanto con el Prado. Cuando los hechos históricos se alejan en el tiempo, los detalles pierden el protagonismo confundidos en el fragor de la batalla pictórica". La política del museo ahora es la de abrir gratuitamente sus puertas a partir de las 6 de la tarde cada día, lo cual es una buenísima noticia -antes sólo era gratis los domingos-, de forma que todo el museo estaba bastante masificado, ¿todo?, bueno, todo no, en la grandísima sala donde están ubicados los cuadros de Twombly junto al "Bufón llamado don Juan de Austria", de Velázquez, estaba vacía, y fue un placer contemplar estos enormes cuadros en relativa soledad -son cuadros realmente increíbles, simples manchas que no sabes bien cómo se transforman en vanidosos galeones en llamas.

Buen artículo de Hernández Cifuentes:el cultural.

Video de los doce cuadros en la web del museo: lepanto-cy-twombly/la-exposicion/

sábado, julio 05, 2008

PIETER BRUEGEL en Bruselas


Historias de Bruselas (5):

PIETER BRUEGEL,
el viejo.

Bruselas es la ciudad de Bruegel, aunque no se conozca exactamente su lugar de nacimiento sí se sabe que trabajó en Bruselas en la época en que el Duque de Alba llegaba a Bélgica, y también se sabe que murió en Bruselas donde tiene un memorial. Por esta razón cuando uno pasea por Bruselas siente el espíritu bruegeliano respirando en sus calles -una sensación mística más que otra cosa, pues en la Bruselas actual del Atomium, el Parque del Cincuentenario, los grandes edificios de los comisionados europeos de la rue Loi, etc, poco queda de las escenas campestres del maestro flamenco. Nacido en 1525, se cree que en Breda, Peter Brueghel es considerado uno de los grandes maestros de la pintura flamenca del siglo XVI. Aunque no alcanzó la fama que un Miguel Ángel o un Tiziano sí que reunió cierto prestigio en su país y sus cuadros eran muy cotizados. Ha sido denominado como pintor del pueblo por sus motivos rurales, fiestas de campesinos, banquetes, cuadros moralistas, etc..., pero como dice Gombrich no por eso ha de pensarse que Brueghel fuera un campesino, así nos lo cuenta en su imprescindible y frecuentemente recurrida Historia del Arte: "El género de pintura en el que Bruegel se concentró fue el de las escenas de la vida de los campesinos. Los pintó en sus fiestas y regocijos, comiendo y trabajando, y por esta razón muchos han llegado a creer que acaso también el pintor fuera uno de ellos. Es este un error en el que incurrimos frecuentemente respecto a los artistas. Nos inclinamos a menudo a confundir sus obras con su persona.(...) Si Bruegel hubiera sido un campesino no hubiera pintado como pintó. Fue en realidad un hombre de ciudad, y su actitud respecto a la vida rústica de la aldea fue muy semejante a la de Shakespeare, para quien Quince, el carpintero, y Bottom, el tejedor, eran una especie de payasos. Fue costumbre en su época, considerar al hombre de campo como un personaje burlesco. (...) Así pues, cuando los artistas de la pintura o escritura quieren poner de manifiesto la insensatez de la condición humana, acostumbran tomar por modelo la vida popular". No sé, no lo tengo tan claro, ¿se burlaba Paco Martínez Soria de los abuelos paletos en la gran ciudad? ¿Se burlaba Velázquez de los bufones de la corte? ¿Se burlaba Vermeer de las doncellas desocupadas? Yo creo que la pintura de Brueghel rinde un homenaje a la vida campesina y no considero que encierre burla alguna, para burla la de Goya en el retrato de La familia de Carlos IV. Obras como La cosecha del heno, Regreso del ganado, Los cazadores en la nieve, La cosecha del trigo o Paisaje invernal con trampa de pájaros, encierran un sentido homenaje a la figura del hombre de campo. Pero Gombrich también habla maravillas de la pintura de Bruegel: "El propio Tintoretto no hubiera podido producir una pintura más llena de vida, de un espacio lleno de gente, que ésta en la que Bruegel se vale del recurso de retroceder la mesa hacia el fondo,...", refiriéndose a Boda campsina, del museo de Viena. Cuando uno pasea por el museo de Bruselas llega un momento en que se hace un lío con tantos Brueghel (o Bruegel), en realidad Peter (o Pieter) Bruegel el viejo (1525-1569) es el "bueno", tuvo dos hijos, Peter Bruegel el joven (1564-1638) y Jan Bruegel el viejo(1568-1625), pero ninguno de los dos fueron alumnos suyos ya que Bruegel murió cuando éstos eran dos críos. A su vez, hay un Jan Bruegel el joven (1601-1678), hijo de Jan Bruegel el viejo. Aunque el estilo de Jan difiere bastante del de su padre, inclinándose más por el paisaje y la naturalezas muertas, hay una clarísima influencia -rozando a veces la mímesis- entre los dos Peter Bruegel, de modo que hasta existe una versión por parte de Peter Bruegel el joven del cuadro de su padre Boda aldeana (o Baile de boda) de 1506 -en Detroit-, del año 1607 y que se encuentra en Bruselas. La verdad es que tuvo que pasar un rato hasta que me diera cuenta del asunto, al leer el autor y la fecha del nacimiento del artista. Rose Marie yRainer Hagen explican perfectamente las diferencias entre ambos cuadros: "El hijo varía el tema del padre, la comparación de ambos cuadros arroja luz sobre el peculiar estilo del viejo Bruegel. En el cuadro del padre: una multitud tumultuosa, vitalidad, atmósfera cargada, figuras que parecen desbordar el cuadro. En la copia del hijo: rostros hermoseados, composición más clara y espacios laterales libres de figuras enmarcan lo que no es sino una diversión inocente". Los dos cuadros más increíbles que yo he visto de Bruegel -aparte de El triunfo de la muerte, del Prado, y el de los refranes neerlandes, en Berlín- han sido dos de Bruselas: Paisaje con la caída de Ícaro, de 1558 -y que titulé por error en la traducción desde el flamenco en una entrada anterior como El vuelo de Ícaro-, y La caída de los ángeles rebeldes, de 1562. En el primero de ellos aparece el carácter moralista del Bruegel de Los refranes o Los juegos infantiles, haciéndonos ver que más vale poner los ojos en la tierra y en las cosas de ésta (el agricultor arando, el pastor cuidando el rebaño, y el pescador lanzando el anzuelo) que no intentar cosas que no están al alcance del ser humano como es volar (y vemos de Ícaro únicamente las piernas sobresaliendo del agua después de haber caído de las alturas en su fracasada misión). La luz de este cuadro es magnífica, un amarillo centelleante impregna todo el paisaje, la vista desde arriba nos refiere una actitud contemplativa, reflexiva, y la perspectiva y el enfoque de la escena es genial, conformando una especie de cono espacial. El hecho de que tanto el vuelo como la caída ya hayan sucedido nos muestran el talento narrativo de Bruegel, que con un simple detalle -las piernas de Ícaro en un reducido tamaño y en un lugar poco visible, abajo a la derecha- nos revela el asunto narrado con singular simpatía. El cuadro de los ángeles es más tradicional, con numerosas figuras sin dar sensación de apelotonamiento, "el arcángel San Miguel con armadura dorada en el centro del cuadro, expulsa del cielo a los ángeles que osaron levantarse contra Dios. Los ángeles que luchan a su lado van vestidos de blanco; al caer, los que abandonaron a Dios se transforman en seres fantásticos, mezclas abominables de pez, reptil e insecto", explican los Hagen. Y es inevitable pensar en El Bosco al ver esas formas monstruosas, y en Van Eyck al ver a esos primorosos ángeles que aquí, en lugar de cantar y tocar instrumentos, blanden espadas con bastante mala leche. Dicen los Hagen: "Si se comparan las figuras de los ángeles con las criaturas demoníacas, llama la atención el que aquéllas lleven vestimentas ondulantes que sólo permiten ver las manos y la cabeza de sus portadores, mientras que la mayoría de los seres malos está desnuda, abren su hocico a la vista del espectador. Bruegel los pinta como meros cuerpos que se han alejado del espíritu representado por los ángeles". En el museo de Bruselas había una exposición temporal (hasta el 21 de septiembre) de la British Collection llamada de Bruegel a Rubens donde se puede contemplar la masacre de los inocentes de 1566 y procedente del museo de Viena. También la ciudad esconde sorpresas bruegelianas, como una fuente junto a la iglesia de San Nicolás, en la que figura una escultura que representa el célebre cuadro La caída de los ciegos, de 1568. También se puede visitar el epitafio existente en una de las capillas de la iglesia de Notre Dame de la Chapelle y Peter Bruegel el viejo tiene su casa museo en la rue Haute.

jueves, julio 03, 2008

Excursión a Amberes: La Virgen de Fouquet.


Historias de Bruselas (4):
Visita ineludible a Amberes:

La Virgen de Fouquet.

El último día de mi estancia en la capital de Europa hice una visita relámpago a la ciudad de Amberes (una hora en tren) para ver uno de los cuadros más increíbles que jamás se hayan pintado: La Virgen y el niño, rodeados de ángeles, de Jean Fouquet, también llamado La Virgen de Melun o la Virgen de Amberes. Este cuadro se encuentra en el Museo Real de Arte Antiguo de Amberes. Un museo extraordinario -guardián, como el de Bruselas, de muchas obras de Rubens, y es que Rubens se instaló en Amberes y su casa museo es visitable-, algo más pequeño que el de Bruselas pero con algunas obras igualmente increíbles, y con una sección de arte moderno nada desdeñable, y que no pude visitar con el tiempo que hubiera deseado. El objetivo era claro: ver la Virgen de Fouquet, y realmente mereció la pena. Jean Fouquet nació en la ciudad francesa de Tours en 1420 y murió en 1480. A pesar de no haberse conservado sino una pequeña parte de su obra -tres retratos, cuatro tablas y algunos dibujos- lo que conocemos de él es suficiente para que sea considerado uno de los grandes nombres de la pintura francesa del siglo XV. Este conocido cuadro en el que la Virgen sostiene al niño rodeada de ángeles azules y rojos conjuga la irrealidad de estos ángeles con el realismo desmesurado de las ropas y avalorios de la Virgen. Existen 3 teorías acerca del origen de este cuadro. La más aceptada es que formase un díptico con el cuadro existente en la Gemäldegalerie de Berlín, en el que vienen representados quien encargara el cuadro Etienne Chevalier -tesorero del rey Carlos VII y protegido de Agnés Sorel, amante del rey- y su patrón San Esteban. También se piensa que nunca conformaron un díptico estos dos cuadros -o sea, lo contrario. Y una tercera hipótesis reza que en realidad se trataba de un tríptico en el que la Virgen estaba en el panel central y uno de los paneles laterales ha desaparecido. A mi lo que realmente me obsesiona es que un cuadro esté en Brujas y otro en Berlín, ¿estamos locos o qué? Se supone que este díptico debía estar instalado en la tumba de Agnés Sorel en la catedral de la ciudad de Melun. Parece que en tiempos de la revolución francesa fueron vendidos por separado. Bueno, al menos ya he visto los dos. Hay igualmente varias teorías en cuanto a la naturaleza de los ángeles y su correspondencia con los colores que ostentan. Los azules bien pudieran ser ángeles que representaran a la virtud y los rojos al amor, o bien, lo azules son ángeles nocturnos y los rojos dirunos, o bien los azules son querubines, azules como el cielo, y los rojos, serafines, rojos como el fuego. De todas formas a mi lo que más me gusta es el semblante de la Virgen -inspirada al parecer en los rasgos de Agnés Sorel, quien fuera nombrada primera querida oficial de la historia, que le diera tres hijas al rey y que muriera en circunstancias no aclaradas -versión histórica: disentería; hipótesis actual: envenenada por mercurio- cuando estaba embarazada del cuarto hijo del rey -y contando tan sólo 28 años- y cuando apoyaba moralmente al rey en una campaña de guerra. Curiosamente existe un retrato de autor desconocido de Agnés Sorel que se encuentra en el Museo de bellas artes de la ciudad francesa de Angers, y cuyo parecido con la Virgen de Amberes es manifiesto. Por último no quiero dejar de advertir la presencia en este mismo museo de Amberes de la Santa Bárbara de Van Eyck. Mide 31 cm x 18 cm. Increíble. También me impresionó la Cleopatra de Cabanel.

miércoles, julio 02, 2008

Excursión a Brujas



Historias de Bruselas (3):
Excursión a Brujas.


Estando Brujas a poco más de una hora de tren de Bruselas no podía dejar pasar la oportunidad de visitar esta maravillosa ciudad y de paso admirar el grandioso Van Eyck que allí me esperaba. Me refiero a La Virgen del canónigo Van der Paele, de 1436. Este cuadro se encuentra en el museo más importante de la ciudad, el museo Groeninge. La verdad es que el centro de Brujas es bien pequeño y puede recorrerse a pie sin problemas y visitar casi todos sus museos ya que éstos están muy cerca unos de otros. De las diferente posibilidades culturales que te ofrecían los museos yo me decidí por sacar el bono Quartet que te permitía acceso al Groeninge, al museo Hans Memling en el Hospital de San Juan, a la catedral de San Salvador y a Onthaalkerk Onze-Lieve-Vrouw, es decir, la iglesia de nuestra señora donde se encuentra la Virgen con niño de Miguel Ángel. El museo Groeninge es una maravilla, es pequeño -comparado con los museos de Bruselas- y está establecido en una sola planta pero es un placer pasear por sus salas, con una colección de todas las épocas de la pintura y con predominio de artistas belgas que nos conducen desde David y Van Eyck hasta Magritte y Delvaux. Fue una pena que el tríptico Moreel de Memling estuviera en restauración pero se puede ver un Juicio final de El Bosco. De Gerard David se puede contemplar el Díptico del Juicio de Cambys, en la que el penado sufre el desollamiento lo que me recordó ineludiblemente al Murakami de El pájaro que da cuerda al mundo. Me impresionó el cuadro de Jan Anton Garenjin titulado Don Lorenzo Bellavista, famoza dentista -escrito tal cual. También me encantó Secret Reflect de Fernand Khnopff. Aquí la página del museo: /Groeningemuseum/. El museo de Hans Memling está ubicado en un hospital del siglo XIII y alberga 6 obras fundamentales de este gran pintor que aunque nacido en Alemania trabajó y murió en Brujas, de forma que Memling es a Brujas lo que Brueghel es a Bruselas, un héroe local. Destaca el Relicario de Santa Úrsula y el tríptico de las Bodas místicas de Santa Catalina con episodios de las vidas de San Juan Bautista y San Juan evangelista (redactando el apocalipsis en la isla de Patmos) en los paneles laterales. Casualmente faltaba un magnífico Retrato de una joven, de 1480, que había sido donado temporalmente al Prado para la exposición Retrato en el Renacimiento -y que vería días más tarde en Madrid. Mención aparte merece la Virgen con niño de Miguel Ángel en la iglesia de enrevesado nombre anteriormente citada y que pasa por ser una de las pocas obras del maestro que se encuentran fuera de Italia -días más tarde vería sus "esclavos" en el Louvre de París. Es una pena que no haya buena iluminación y que una reja impida acercarse a la escultura, pero aún así es imponente su belleza. También cuenta con un pequeño museo esta iglesia donde pueden verse buenos cuadros de David, Van Dyck -una crucixión- y otros maestros flamencos. En la catedral de San Salvador hay un bonito museo en el que destacan obras del renacimiento flamenco como la Presentación en el templo de Adrian Isenbrant, o una Adoración a los pastores de Pietr Aertsen.

martes, julio 01, 2008

BOZAR.


Historias de Bruselas 2:

Dos exposiciones
de arte contemporáneo.

El arte contemporáneo también late en esta ciudad. Tuve la oportunidad de ver dos muestras bastante interesantes. Una fue en el mismo Museo de Bellas Artes donde, saliendo de las salas de arte antiguo -para aumentar el contraste- me encontré con una exposición del surcoreano nacido en 1936 Lee Ufan. La otra la pude ver en el BOZAR que es el Centro de Arte Moderno en el Palacio de Bellas Artes y correspondía al artista belga Johan Muyle y titulada "Sioux in paradise". Según cuenta el folleto de la exposición Lee Ufan recibió una educación tradicional incluyendo aprendizaje de caligrafía, poesía y pintura. En Tokyo, durante los años cincuenta fue uno de los fundadores de la Mono-Ha (Escuela de cosas) la cual se caracterizaba por un estilo minimalista y un uso exclusivo de material de origen natural. Esos principios fueron expresados en la serie Correspondencias, iniciada al final de los ochenta: el pintor limita su acción a la aplicación de amplias marcas de un cepillo bañado en pigmentos y aceites sobre una superficie blanca. Sus esculturas sólo consisten en una piedra que parece acercarse a una placa de acero. El artista no modifica nada ni poniendo ni quitando, él sólo interfiere poniéndolos juntos: "Una simple placa de metal podría ser un pensamiento. La imprecisa piedra podría ser el aire. El espacio resuena alrededor de la obra, haciendo vibrar el entorno". Realmente interesante la propuesta minimalista de este artista que daba un respiro en la percepción después de tanto detallismo procedentes de las salas del barroco -con Jordaens supremo-, y renacimiento -Memling, Brueghel y compañía. Por otro lado, la exposición de Johan Muyle fue muy divertida. Una serie de clones del artista, esqueletos vestidos y robots que reaccionan ante la aproximación de los visitantes. También una serie de esculturas murales animadas con pantallas de video, todos ellos nunca expuestos con anterioridad. Las primeras obras de Muyle datan de los ochenta y en ellas ya realizaba una especie de sincretismo que combinaba múltiples componentes. Según Claude Lorent, comisario de la exposición: "El título, una inteligente referencia a la gente subyugada por la fuerza y un juego de palabras (Sioux se pronuncia see you -nos vemos- en inglés) es también un homenaje a uno de los grandes poetas belgas Achille Chavée." La verdad es que la comicidad, lo grotesco, lo fantasmal, y lo inquietante se reunen en esta extraña exposición en las que las figuras esqueléticas se mueven en unas carrozas mecánicas patéticas y de algunas de las cuales chorrea agua haciéndote pensar si la posibilidad de un cortocircuito no es tan disparatada como sí lo son esos muñecos esquizoides. Algunos títulos de las obras eran Is there life before death?; We are under surveillance -con referencias a la KGB, CIA, etc...-, The show must go on, Somos un ejército de soñadores y por eso somos invencibles -en español, en el original-, Singin´in the rain, etc. En definitiva, salí del BOZAR esbozando una sonrisa y reflexionando sobre si la locura era pasajera o estaba indisolublemente anclada en la sociedad y por ende en todos nuestros cerebros.
Web del BOZAR:http://www.bozar.be/