miércoles, septiembre 30, 2009



Arte flamenco y Botticelli en...
Granada.

Todos conocemos la riqueza arquitectónica y artística que contiene la ciudad de Granada. La Alhambra, la Catedral e incluso el Monasterio de la Cartuja son monumentos de imprescindible visita. Pero lo que muchos no sospechan es que existe un pequeño museo de arte renacentista en el interior de la Capilla Real de los Reyes Católicos -edificio anexo a la catedral- que es una maravilla, y que alberga algunos cuadros de importantes pintores de los Países Bajos como Bouts o Van der Weyden, también españoles como Bermejo y Berruguete, y ¡hasta un Botticelli! Para empezar vemos un Dietrich Bouts (1415-1475) titulado Virgen con niños y 4 ángeles. La belleza y palidez de la virgen, con su cinta de pelo negra, cabizbaja, observando cómo el niño quiere deshacerse de su abrazo para dirigirse a los dos ángeles de la derecha, uno de los cuales lee la partitura y otro ríe las gracias de Jesús, se nos presenta en una especie de palacete, dentro de una fortificación, y al fondo un idílico paisaje, en el cual se aprecia, a lo lejos, un cazador con perro. Junto a éste hay dos Rogier Van der Weyden (1399-1464), un autor del que se está celebrando una importante exposición en Lovaina. Una Natividad, que es el paneral lateral izquierdo del Retablo de la Virgen (Tríptico desmembrado) en el que se ven grisallas laterales con santos, adoración de pastores y nacimiento. Es difícil saber si es más bella la Virgen de Van der Weyden o la de Bouts. La de Van der Weyden aparece ataviada con mayor número de ornamentos, sin embargo la de Bouts refleja una serenidad, y una sencillez -con manto negro- que la convierten en una de las figuras más hermosas de la historia de la pintura. El otro cuadro de Van der Weyden es el panel central del mismo tríptico y es una Piedad. En la misma "salita" están los cuatro cuadros de Hans Memling, uno de los grandes de la época y que probablemente trabajara en el taller de Van der Weyden en Bruselas. Éstos son: La Virgen y el Niño en el trono; La Virgen con el Cristo de Piedad, en el que se ven, rodeando la composición principal, caras deformadas -al estilo Leonardo-, clavos, una mano que lanza unos dados al aire, otra mano con un mechón de pelo, un martillo, una lanza, todos objetos y símbolos de la Crucifixión; Las Santas mujeres, emocionante escena de las cuatro santas mujeres compungidas de dolor junto a san Juan; un Descendimiento de Cristo (foto) forma un díptico con las Santas mujeres. El mejor de ellos es sin duda la Virgen y el Niño en el trono. La Virgen con el seno derecho al descubierto da de mamar al niño que parece estar más pendiente del retratista que de comer. El manto rojo recuerda a la Virgen del canciller Rolin del Louvre de Van Eyck, y en general es un cuadro parecido a la Virgen de Lucca de Frankfurt del propio Van Eyck, aunque en este caso no hay paisaje exterior. La pulcritud en los detalles y el colorido del cuadro son excepcionales. En el lado izquierdo se ve una figura andante que tira de un burro, sin duda, San José. El manto bordado con encajes dorados de detrás de la Virgen y las vetas blanquecinas de las columnas de mármol oscuro de ambos lados del trono, así como la alfombra con dibujos geométricos son de un virtuosismo increíble. Al fondo a la derecha se ve una torre a la que llegan dos hombrecillos, pero para ver esto hay que estar delante del cuadro ya que en las reproducciones es difícil constatarlo. La obra más mayestática de todo el museo es el Retablo del tríptico de la Pasión, de 1521, obra de Jacopo Torni, el Indaco o Florentino (Florencia 1476-Villena 1526). En la parte superior está la pintura del propio Torni, Pentecostés. En la fila de en medio tres cuadros de Bouts que corresponden al Tríptico de la Santa Cruz (Crucifixión, Descendimiento, y Resurrección). Y en la fila inferior a los lados hay dos obras de Pedro Machuca (Toledo-Granada 1560) de 1521, que son Cristo orando en el huerto y El Prendimiento en los que apreciamos gusto por la oscuridad (¿o es efecto del tiempo sobre el color de las pinturas?), rostros bosquianos, y soldados en escorzos imposibles; y en el medio otro Torni, La santa cena, con rostros casi abocetados. En otra salita está el comentado Botticelli, que es una Oración en el huerto, un óleo sobre tabla (foto). Otros cuadros de interés son la Epifanía/Santa Faz de Bartolomé Bermejo (1430-1496-98), y San Juan en Patmos de Pedro Berruguete (1450-1504), donde apreciamos el afinado dibujo del cordobés, y observamos a un San Juan liado con el Apocalipsis, con el brazo alzado portando una pluma y un águila sujetando el tintero con su pico (foto). Otros cuadros flamencos son el tríptico del Descendimiento del Maestro de la Santa Sangre, de la Escuela de Brujas, y un San Juan Bautista de Jan Provost (1465-1529), y también una Anunciación del Maestro de la leyenda de Santa Magdalena. En definitiva una importante -e inesperada por estos parajes- colección de arte flamenco que está precedida por una singular copia del Descendimiento de Rogier Van der Weyden, perteneciente al Museo del Prado, de autor desconocido y que se piensa data de finales del siglo XVI y recientemente restaurada en 2004.

Más información sobre las tablas flamencas de la Capilla Real: http://capillarealgranada.com/es/cont_tablas.html

miércoles, septiembre 23, 2009

Matisse, en el Thyssen.



Acaba de finalizar con gran éxito de público la exposición de Matisse en el Museo Thyssen de Madrid, con el título "Matisse 1917-1941 Entreguerras". En ella se aborda el segundo período creativo del pintor francés, conocido como "pintura de intimidad". En éste se aleja de los grandes formatos y de la pintura decorativa, retomando el camino iniciado por Cézanne y volviendo a "introducir en sus cuadros las sensaciones de volumen y espacio que había abandonado en el período anterior", según folleto del museo. En 1917 Matisse marcha a Niza para emprender este nuevo camino artístico. Tras el interludio que supuso el encargo del mural La danza en 1930 -del que la muestra recoge algunos dibujos-, en 1934 Matisse reconduce su pintura de intimidad decantándose por el dibujo como medio de expresión. La exposición se divide en 6 apartados. Las dos primeras salas reciben la denominación de "Pintura y Tiempo": "La luz del sur, reflejada en el mar, ilumina habitaciones vacías u ocupadas por figuras femeninas en reposo. El motivo dominante es la ventana, una figura que desde el renacimiento ha sido un paradigma de la pintura. Junto a la ventana, algunas alusiones ocasionales a la música subrayan la reflexión del artista sobre la naturaleza de su trabajo". Ya en la sala 3 tenemos el título de "Paisajes, balcones, jardines", donde "la exploración del espacio exterior permite a Matisse cuestionar la herencia del impresionismo", subrayando "la distancia del horizonte, la artificiosidad de la ficción pictórica". Aquí podemos ver Mujer sentada con la espalda vuelta a la ventana abierta, de 1922 (en Montreal), Carnaval en Niza (Berna), Gran paisaje. Mont Alban, Jóvenes en el jardín, y también El paseo (Bruselas), Conversación bajo los
olivos (perteneciente al Thyssen), y Festival de Flores (Niza), entre otros. En la sala 4, "Intimidad y ornamento", "las escenas de interior son teatros en miniatura en los que la relación del pintor con sus modelos se depura como en un laboratorio". Matisse decía en 1930: "Mi pintura observa primero la gama oscura de los maestros que estudio en el Louvre. Luego mi paleta se aclara. Influencia de los impresionistas, de los Neoimpresionistas, de Cézanne y de los orientales. Mis cuadros se forman por combinaciones de manchas y arabescos... Estas obras sobre todo de carácter decorativo, empiezan a dar lugar alrededor de 1914, a una expresión más volumétrica, hecha por planos, en profundidad, a una pintura intimista que es la de la época acual" -resulta curioso que no veamos en toda la muestra ninguna referencia a Picasso, con quien Matisse mantuvo una sana rivalidad artística toda su vida-. En esta sala se ven Amapolas (Detroit), Española, armonía en azul, de 1923 (NY), La lectora distraída, de 1919 (Londres) -siempre me resultaron apasionantes las figuras lectoras, un motivo poco utilizado en el arte-, y Joven en un diván. Lazo negro, de 1922. También Retrato de Marguerite dormida, de 1920, Lectora y velador, de 1921 (Berna), y Odalisca recostada (pluma y tinta). En la sala 5, "Figura y fondo", "el pintor sigue una rutina rígida. Por las mañanas pinta en el estudio con la modelo posando; por las tardes dibuja reproducciones de estatuas de Miguel Ángel" -que Matisse siguiera estudiando a Miguel Ángel dice mucho de su interés por el dibujo clásico, una idea que puede extrañar al ver sus forzadas odaliscas, nada que ver con las de Ingres-. Vemos El sombrero amarillo, Pianistas y jugadores de damas (Washington), uno de los mejores cuadros de la exposición y con cierto aire a lo Balthus, Lectora apoyada en una mesa ante una colgadura recogida, Odalisca de pie con brasero, o El biombo moruno (Filadelfia). Dice Matisse: "Para mi el tema de un cuadro y su fondo tienen el mismo valor o por decirlo más claramente, ningún punto es más importante que otro, sólo importa la composición, el patrón general; el cuadro se compone de la combinación de superficies coloreadas de forma diferente, combinación que tiene como resultado crear un expresión" -bueno, eso es una concepción de la pintura, no necesariamente la única-. En las siguientes salas, "Forma", "el desnudo es el espejo que ayuda al pintor a ahondar en los valores de la forma. Matisse lo estudia sistemáticamente alternando la pintura con el dibujo y la escultura". Continúa Matisse acompañándonos con sus comentarios en nuestro recorrido por las salas: "Hice esculturas porque lo que me interesaba en la pintura era poner orden en mi cerebro. Cambiaba de medio, cogía tierra para descansar de la pintura con la cual había hecho absolutamente todo lo que podía en ese momento. Eso significa que era siempre para organizar. Era para poner orden en mis sensaciones, para buscar un método que me convirtiera totalmente. Cuando lo había encontrado en la escultura me servía para la pintura. Era siempre para tomar posesión de mi cerebro, a través de una especie de jerarquía de todas mis sensaciones que me hubieran permitido alcanzar mi objetivo" -qué manía con poder orden en el cerebro-. Aquí se pudieron contemplar 3 cuadros con odaliscas: Odalisca con cinturón verde de 1927 (Baltimore), Dos odaliscas, una desvestida con fondo ornamental y damero, de 1928 (Estocolmo), y Odalisca con pantalón gris, de 1927, en el Orangerie (París). Escucho decir a un guía -creo que podría escribirse algún tipo de antiguía de guías, recogiendo todas esas explicaciones, a veces banales, otras, disparatadas, que he ido escuchando de manera furtiva en los diferentes museos- que el de Baltimore era el peor, ¿cómo puede decir que un cuadro de Matisse es "peor"? En realidad era el de dibujo menos definido, el de postura más forzada..., luego pensé que seguro que era el mejor de los 3. Otras odaliscas se pueden ver como Odalisca con pandereta, de 1926 (NY) y que ilustraba el cartel de la exposición, y Gran Odalisca con pantalón de bayadera, que es una litografía de la Biblioteca Nacional de París. También Odalisca y butaca turca, de 1928 (París). Una segunda parte lidera esta sección "El registro cambia súbitamente en 1930, cuando Matisse salta a la pintura decorativa y, con ella, al desnudo heroico". Vemos estudios de conjunto a lápiz de La danza, del Museo Matisse de Niza. Dice el pintor: "La pintura arquitectónica depende totalmente del lugar que la recibe y que la dota de una vida nueva. No se puede separar de él, una vez que se ha asociado al mismo. Debe dar al espacio encerrado en esa arquitectura toda una atmósfera comparable a la de un hermoso y vasto sotobosque soleado que envuelva al espectador en un sentimiento de ligereza y al mismo tiempo suntuosidad. En este caso es el espectador el que se convierte en el elemento humano de la obra." ¿Cuándo aprenderán los artistas que ellos "no entienden" su propia obra -una de las paradojas del arte-, y que deben dejar a los especialistas que la analicen y la expliquen? -son los críticos los que a veces extraen lecturas tan fantásticas que sorprenden a los propios autores-. Al menos reconoce algo en 1942: "Cuando realizo mis dibujos variaciones, el camino que recorre mi lápiz sobre la hoja de papel tiene, en parte, algo similar al gesto de un hombre que estuviese buscando a tientas su camino en la oscuridad. Quiero decir que mi camino no está nada preconcebido: me dejo dirigir, no soy yo quien dirige" -¿pero qué pasó con el orden del cerebro?-. Es decir, Matisse no tenía -supuestamente- ni idea de adónde llevaba su arte, lo cual es una muestra de humildad y de genialidad al mismo tiempo -quizás el único camino válido para una mente creadora ambiciosa-. El gran Matisse. Vemos el bicromático Ninfa y sátiro (San Petersburgo), Naturaleza muerta con mujer dormida (Washington), y que a mi me recuerda a ese cuadrito de Vermeer con la criada achispada y durmiendo sobre la mesa, Figura sentada y torso griego, y El reflejo, un doble retrato que recuerda a aquellos perfiles del renacimiento italiano de Piero o Ghirlandaio. Como broche final a la exposición se expone unas bañistas de Cézanne que había pertenecido a Matisse y del que decía nunca terminaría de comprenderlo.

martes, septiembre 08, 2009

Segantini, artista.



En 1858 nace Giovanni Battista Emanuele Maria Segatini, en Arco, provincia de Trento, Italia. A los 8 años es ya huérfano de padre y madre y queda a merced de una ciudad desconocida para él, Milán. A los 12 años es arrestado por vagabundo, luego es internado en un Instituto correccional de Milán. Esto seguro que inspiraría una novela a Paul Auster. En 1875 se inscribe en la Academia de Bellas Artes de Brera. En 1879 cambia su nombre de Segatini a Segantini. Participa en la exposición primaveral de la Academia con el cuadro Il coro di Sant´Antonio, obteniendo la medalla de plata y el reconocimiento de la crítica. En 1880 se casa con Bice, la hermana de su amigo Carlo Bugatti, con quien tendrá cuatro hijos. En 1884 logra la medalla de oro en la Exposición Universal de Amsterdam con la obra Alla Stanga (foto). En mayo de 1878 participa en Londres en la Exhibition International junto a otros pintores de la Galería Grubicy como Cremona, Ranzoni y Morbelli. Aunque resulta un fracaso económico el evento ayuda a difundir el nombre del artista. Esta va a ser la tónica habitual en la vida de Segantini, éxito de crítica y padecimientos económicos. Puede que le hiciera falta un buen marchante. Es en el año 1886 cuando emprende un viaje en el que atraviesa Como, Livigno, y ya en Suiza, Poschiavo, Pontresina, St. Moritz, donde existe actualmente un museo dedicado al pintor, y Silvaplana, para terminarlo en Savagnino. En 1889 expone en París en la Exposición Universal y obtiene la medalla de oro con Vacche aggiogate. En 1890 expone en Milán y Bruselas. En 1891 aparece el primer escrito teórico del artista "Cosi penso e sento la pittura". Se inaugura oficialmente el Divisionismo italiano en la Exposizione Triennale di Brera, con obras de Previati, Morbelli, Longoni, Nomellini y el propio Segantini. En la Exposición Internacional de Berlín su cuadro Il castigo delle lussuriose recibe una mención de honor. En 1892 la obra Meriggio es expuesta en Monaco di Baviera (Múnich) y consigue la medalla de oro. A pesar de tanto éxito la situación financiera de Segantini es precaria y se ve en la necesidad de pedir ayuda continuamente a Alberto Gubricy. En 1893 publica el artículo Sentimento e Natura en la revista milanesa Battaglia per l´arte. Es invitado ese año a participar en la primera exposición que organiza la galería Grafton de Londres. Un homenaje a Segantini tiene lugar en el Castello Sforzesco de Milán en 1894. En agosto de ese año la famila Segantini se muda a Maloja, a partir de entonces vivirán en el chalet Kuomi ("He comenzado a tomar posesión de este lugar que es una verdadera mina para mi arte"). Como Maloja está en Suiza esto le creará problemas con su ciudadanía de forma que no pudo entrar durante algún tiempo en Trento, su provincia natal -¡un genio privado de entrar en su propio país!-. En 1895 diseña Il martire, para el Almanacco Socialista, y la Galería Grubicy se traslada de la via San Marco hasta la via Benedetto Carioli, 2. Me hubiera gustado conocer este dato en mi visita a Milán y pasarme por dicha calle. En la Primera Exposición Internacional de Arte de Venecia gana el premio del gobierno con Ritorno al paese natio. En mayo de 1895 expone en Bruselas, termina el cuadro Pascoli alpini y las dificultades financieras persisten. Expone en el museo Stedelijk de Amsterdam, la revista berlinesa Pan le dedica un número y también se publica su artículo Intorno al nocciolo della questione. En 1896 dona All´Arcolaio para una lotería benéfica en favor de los damnificados por un incendio en Tione. En el Salón de Viena obtiene la gran medalla de oro del estado austríaco por Le Due Madri. La Neue Pinakothek de Múnich adquiere L´aratura, y la revista Die Kunst für Alle le dedica un ensayo crítico de nueve páginas y con múltiples ilustraciones. En la Galería de Felix Koenigs en Berlín, Paolo Troubetzkoy inaugura un busto en bronce de Segantini. Ese año de 1896 pinta Primavera sulle Alpi. Ernst Arnold comisaria en Dresde la exposición "Gemälde, Zeichnungen, Radierungen von Giovanni Segantini und William Strange" (Pintura, dibujos y grabados), y la admiración hacia el artista crece. En diciembre expone en el Salon Schulte de Berlín los cuadros Le due madri, Riposo All´ombra, Ritorno dai camp, Nella stalla. Al Salon Volsberg de Zúrich envía las obras Pascoli du Primavera e Vacche aggiogate. En 1897 es invitado a la muestra nacional de Budapest y participa en la Seconda Biennale d´arte Internazionale di Venezia con las obras Pascoli di Primavera (foto) e Ritratto di Carlo Rotta (encargado el año anterior por L´Ospedale Maggiore di Milano). En Viena se publica la primera monografía del artista escrita por William Ritter. Envía al Palacio de Cristal de Múnich Primavera sulle alpi y a Pittsburg el cuadro La vanitá. Ese año de 1897 es cuando comenzará el proyecto Panorama dell´Engadino alta, obra destinada a figurar en el pabellón suizo de la Exposición Universal de París de 1900, pero poco después deberá ser abandonado por falta de financiación. Expone en Londres 3 obras: Costume grigionese (foto), L´angelo della vita e Il castigo delle lussuriose. En Viena es invitado a la Primera Exposición de la Secesión junto a artistas como Khnopff, Puvis de Chavannes, Meunier, y Von Stuck. La National Gallery of South Australia compra All´Arcolaio. En noviembre de 1898 la revista londinense The Artist publica un artículo sobre Segantini escrito por el crítico Alfred Wechslar. Expone en el Salon International du Champs de Mars, también expone en Basilea y Turín. En diciembre escribe para Ver Sacrum el artículo Che cosa e l´arte. En 1899 expone en Praga y la revista secesionista Ver Sacrum le dedica un número. Comienza el poyecto Tríptico de la naturaleza nacido del fallido Panorama. El 18 de septiembre de ese año sube al monte Schafberg para finalizar el panel central de dicho tríptico (La natura). El 28 de septiembre de 1899 muere víctima de una peritonitis a la edad de 41 años.