jueves, abril 21, 2011

El Cristo muerto de Holbein (y Dostoievski y Wiesenthal).






Me llamó la atención cierto pasaje de Libro de Réquiems de Mauricio Wiesenthal. En él, Wiesenthal busca una Biblia que le fuera regalada a Dostoievski por Natalia Fonvizine en el camino de Siberia: "le había acompañado a todas partes, en los mismos lugares donde lo he ido buscando durante años: en los caminos de Siberia, en los casinos de Baden Baden, en las calles altas de Ginebra, delante de la Madonna Sixtina de Dresden, frente al Cristo de Holbein en Basilea, en las orillas del canal Griboiedov, y junto al puente Kukuchkin por donde paseaba Raskolnikov para ir a la casa de la usurera."
Yo conocía más o menos la obra de Holbein, sin embargo este cuadro me resultó un extraño. Quise entonces investigar un poco acerca de él.
El Cristo de Holbein.
Hans Holbein, el joven, nació en Augsburgo en 1497 ó 1498 y murió en Londres en 1543. Su pintura más conocida es sin duda el Retrato de los dos embajadores, Jean de Dinteville y Georges de Selve, de 1533, en la National Gallery de Londres, con su famosa y anamorfósica calavera central. Sin embargo la importancia de Holbein va algo más allá del simple hecho -quizás no tan simple- de haber realizado una auténtica obra maestra del retrato. Según Manfred Wundram, Holbein, junto a Hans Baldung Grien (1484-1545) y quizás también Altdorfer (1480-1538), lideró un grupo de pintores más jóvenes de la época de Durero en el que se aprecia "una tendencia al frío distanciamiento (del clasicismo propio del Alto Renacimiento), en un escepticismo que se manifiesta particularmente en el retrato."
Los orígenes pictóricos de Holbein lo encontramos en la ciudad suiza de Basilea donde entra en el taller de Hans Herbster allá por 1515. En 1517 recibe sus primeros encargos en Lucerna. Después de un supuesto viaje por Lombardía (apuntado por los historiadores del arte y basado en la evolución de su obra más que en documentos existentes que lo certifiquen), Holbein es aceptado como maestro en el gremio de pintores de Basilea. Entre 1515 y 1528 realiza una serie de encargos imporatntes para la iglesia como son: la Madonna de Solothurn, Solothurn, Städtisches Museum, 1522; y Cristo muerto, Basilea, Kuntsmuseum, 1521.Es en 1526 cuando marcha a Inglaterra con una recomendación de Erasmo de Rotterdam (retratado por el propio Holbein en 1523, National Gallery). Aunque seguirá recibiendo encargos del ayuntamiento de Basilea a partir de 1532 ya pasará la mayor parte del tiempo en Londres.
El último encargo religioso de Holbein en Basilea fue la Madona del burgomaestre Meyer o Madona de Darmstadt (foto), y lo realizó entre 1528 y 1529. De esta pintura Wundram llama la atención sobre la disposición comprimida de las figuras (de modelo estatuario, quizás influido por la visión de la obra del francés Michel Colombe), y sobre el carácter leonardesco del rostro de la Virgen así como del hermano mayor del donante. Gombrich dice de este cuadro: "La manera en que están situados los donantes, en grupos, a ambos lados de la Virgen, cuya majestuosa y serena figura se halla enmarcada por un nicho de formas clásicas, nos hace pensar en las más armoniosas composiciones del Renacimiento italiano, de Giovanni Bellini y de Rafael (...) la atención esmerada puesta en cada detalle por otro lado, así como cierta indiferencia hacia la belleza convencional, nos muestra que Holbein se formó en el norte, y se halló en las mejores condiciones de convertirse en el maestro más sobresaliente de los países de habla germana, cuando la convulsión que supuso la Reforma puso fin a tales expectativas. "
También menciona Gombrich en su Historia del Arte a Erasmo: "En 1526 abandonó Suiza para trasladarse a Inglaterra con una carta de recomendación del gran erudito Erasmo de Rotterdam"
Pero sigamos con el Cristo muerto de Basilea. Wudram ve en él, "y con razón, una combinación de la expresividad violenta de Grünewald con una objetiva capacidad de observación única en la pintura de la época, que hicieron de Holbein un consumado retratista." Actualmente el celebrado Retablo de Isenheim de Grünewald se encuentra a menos de una hora en tren de Basilea, en la ciudad francesa de Colmar.
Cuenta Wiesenthal en Libro de réquiems cómo Dostoievski estaba fascinado por esta pintura de Holbein: "En una biblioteca de San Petersburgo encontré un retrato de mi amigo muerto. No era trágico, como el terrible Cristo yacente que pinto Holbein y que a él tanto le impresionaba. Se había quedado inmóvil por el trance, cuando vio en el Museo de Basilea aquel rostro desencajado. Prefiero a Dostoievski muerto, porque el Cristo de Holbein parece un pobre epiléptico en el paroxismo de su sufrimiento." No sé si fue muy afortunada esta comparación, más teniendo en cuenta que el propio Dostoievski padecía de epilepsia (a buen seguro que de ahí nace la comparativa de Wiesenthal). Puede que esta idea la tomara Wiesenthal del Diario de la mujer de Dostoievski, Anna Grigorievna:   "Camino de Ginebra, nos detuvimos un día en Basilea para visitar el museo donde se halla un cuadro del que habían hablado a mi marido. Es un lienzo de Holbein, en el que se ve a Cristo, que acaba de soportar un martirio sobrehumano, descendido de la cruz y descomponiéndose... Demasiado débil para mirarlo más tiempo, me fui a otra sala... Cuando volví, mi marido estaba aún allí, en el mismo sitio, encadenado. Su rostro emocionado tenía esa expresión de pánico que ya le había notado muy a menudo al comienzo de sus ataques epilépticos"
El término "yacente" empleado por Wiesenthal puede conducir a error, ya que el increíble Cristo en escorzo frontal de Mantegna de la Pinacoteca de Brera de Milán se denomina popularmente de tal forma (su título es en realidad Lamentación sobre Cristo muerto, 1480-1490). En realidad quizás estemos ante la réplica nórdica del Cristo de Mantegna.
Leí cómo este Cristo de Holbein aparece en El idiota de Dostoievski (el príncipe Mishkin se traslada a Suiza para ser tratado de su epilepsia al comienzo de la novela donde pasa una época). Obviamente no recuerdo ese pasaje, hace años que leí El idiota. Uno de los personajes, Rogochin, comenta después de ver este cuadro: "frente a este cuadro uno no tiene otro camino que perder la fe", el propio Dostoievski enunciaría al hilo: "entre Cristo y la verdad, yo elegiría a Cristo", según cuenta Wiesenthal. 
Wiesenthal hace una reflexión sobre el carácter creativo de Dostoievski que pudiera quedar emparentado con la escalofriante imagen que supone el Cristo de Holbein: "Para comprender a Dostoievski hay que aceptar que los hombres que han pasado su infancia en un infierno y su juventud en un presidio llevan en los ojos un reflejo sombrío, como ciertos ángeles misteriosos que tienen el encargo de abrir las tumbas para resucitar a los muertos. Hasta sus manuscritos son desordenados, tormentosos, emborronados por dibujos y cicatrices de tinta, como si las palabras se le apareciesen en una sesión de espiritismo, como si las ideas le surgiesen en las cabezadas barreras del ultramundo". Yo mejor diría del subsuelo.

Aquí encontré un excelente estudio sobre esta impresionante pintura:
http://www.homines.com/arte/hans_holbein_el_joven/index.htm

domingo, abril 03, 2011

LA PIETÁ DE DELACROIX Y DE VAN GOGH SEGÚN DELACROIX.
Tanto Delacroix como Van Gogh suponen dos hitos en la historia de la pintura. Ya Gombrich en su recurrida Historia del Arte advierte de la seria amenaza que supuso Delacroix para el estilo neoclásico vigente: "Todos los adversarios de Ingres se unieron en torno al estilo de Eugene Delacroix (1798-1863)". Y la Summa Artis dice: "Se le considera el gran revolucionario en arte”. Van Gogh fue el máximo exponente del post-impresionismo y tuvo una enorme influencia en algunas corrientes pictóricas del siglo XX como el expresionismo alemán. A ello debemos sumar que ambos nos dejaron una obra literaria personal (Diario de Delacroix y Cartas de Van Gogh) que han servido para conocer mejor las mentes y el arte de dos grandes genios de la pintura universal. En la Summa Artis podemos leer: "El Diario de Delacroix es un documento literario de gran importancia. Sus juicios sobre arte y sobre todo de pintura, son abundantísimas y de gran profundidad.” Gracias a él conocemos con certeza su profunda admiración por Rembrandt y Rubens, lo que le llevó a visitar en más de una ocasión tanto Holanda como Bélgica para ver los cuadros de ambos. Gombrich también se refiere al Diario de Delacroix: "en su excelente Diario da a entender que no le hubiera complacido ser encasillado como un fanático rebelde.” A veces la idea que nos dan sus cuadros no concuerdan con algunas manifestaciones del diario, así Delacroix aclamó en París El carro de heno de Constable “aunque, dada su personalidad y su preferencia por los temas románticos, se asemeje más a Turner.” EN la monografía del holandés de Walter/Metzger leemos en la época de su estancia en el Hospital Saint Paul de Saint Remi “En aquel septiembre de 1889. cuando realizó los dos retratos (se refiere a los del vigilante en jefe trabuc y señora), Van Gogh se había propuesto copiar dos veces una obra de Delacroix, la famosa Pietá. Su deseo de reflejarse en la imagen pintada se vuelve todavía más evidente en estas dos paráfrasis de un modelo admirado. Traspone sus propios rasgos al rostro de Cristo martirizado y crucificado que una María afligida sostiene en su regazo. Un Jesús pelirrojo y con la barba rala se convierte en ideal de la Pasión y, por tanto, en la representación del propio sufrimiento del pintor.” En Septiembre de 1889 también hizo una versión del Ángel de Rembrandt (hoy en paradero desconocido), así como numerosas copias de Millet: La hilandera, El segador, Los esquiladores, El trillador, El agavillador, Campesina cortando paja, Campesina con rastrillo, El segador con la hoz, La agavilladora. Géricault. Es conocida la admiración que también profesaba Delacroix a Theodore Géricault y lo que le afectó su muerte. Pero podemos encontrar alguna relación también entre Van Gogh y Géricault: “El gran romántico francés fallecido prematuramente Theodore Géricault, nos ha dejado cinco retratos de dementes. Incitado por un amigo médico buscó un manicomio y pintó enfermos que padecían paranoia, claustrofobia y cleptomanía. Según el credo de su época, la enfermedad se podría leer en su rostro. Van Gogh sólo acometió una vez la tarea de representar a uno de los enfermos del asilo. No se dejó llevar por los intereses pseudocientíficos preocupados por la fisionomía, sino por la simple compasión y sobre todo por el deseo de tener un modelo ante sí. A su manera, llevó hasta el final la idea de Géricault y la tradujo al idioma de la modernidad." (Retrato de un paciente del Hospital de Saint Paul, en el Museo Van Gogh de Ámsterdam). En Octubre de 1889 sigue haciendo copias de Millet: Dos campesinos cavando, El sembrador (I y II), Anochecer -que me recuerda a Segantini- . Otro Anochecer en noviembre y también La pastora. En la Summa artis encontramos ese respeto por Gericault: "Delacroix siente entusiasmo por Géricault". Incluso “Delacroix había sevido de modelo para algunas figuras de La balsa de la medusa y deseaba hacer una copia de aquella pintura, entonces tan célebre. Hay algo de La balsa de la medusa en la barca de Caronte con Dante y Virgilio. En aquel piélago embravecido las figuras de los condenados están asidos con rabia a los bordes del buque, mientras otros flotan ya extremados, como en la balsa de la medusa.” Soledad. Tenemos la idea de un Van Gogh auténtico fanático del arte, su total dedicación al dibujo y a la pintura afectaba profundamente su día a día. En Delacroix descubrimos a un tipo extraño -no digamos Van Gogh que se cortó una oreja para regalársela a una prostituta-, con amistades -si bien no le sentó muy bien a Delacroix que criticaran su batalla de Quíos diciéndole no estar a la altura de Rubens, amigos para esto-, enamorado -platónicamente- de sus modelos pero que murió célibe -de faringitis- y que gustaba de la soledad, leemos en su Diario el 31 de marzo de 1824: “Hay que comer poco y trabajar de noche, cuando uno está solo. Ver la gente bien alguna que otra vez no es temible, por más que el vulgo reaparece a cada instante en su conversación. Entonces hay que retroceder a la soledad y vivir sobriamente, como hacía Platón… Es la manera de conservar el entusiasmo… Las cosas que nos impresionan estando a solas son las más fuertes y vírgenes. Por más que se sienta placer en comunicarlas a un amigo, hay que exponer tantos elementos delicados que debilitan la impresión que uno quiere dar. Mis amigos me aconsejan que vaya a Italia y viva solo; y allí todas las impresiones mejores volverán a mi". Cartas de Van Gogh. Copias de Millet y Delacroix. 604 F Septiembre de 1889. “Y qué hacer –continuar durante estos meses aquí o cambiar-, no lo sé. Lo que pasa es que cuando la crisis se presenta no son nada graciosas, y arriesgarme a tener un ataque como ese contigo u otros es grave. Mi querido hermano –sigo escribiéndote en los intervalos del trabajo-, trabajo como un verdadero poseído, más que nunca tengo un furor sordo de trabajo. Y creo que eso contribuirá a curarme. Puede que me suceda una cosa como la de que habla Eug. Delacroix: “Encontré la pintura cuando ya no tenía ni dientes ni aliento”, en el sentido que mi triste enfermedad me hace trabajar con un furor sordo –muy lentamente- pero de la mañana a la noche sin aflojar y –probablemente- trabajar mucho tiempo y lentamente." 605 F 10 setiembre 1889. "Yo no necesito ver tizianos y Velázquez en los museos, vi ciertos tipos vivos que hace que ahora sepa mejor que antes de mi viajecito lo que es un cuadro del Sur." 607 F. "Ahora tengo 7 copias de los diez trabajos del campo de Millet, Puedo asegurarte que me interesa enormemente hacer copias, y que como por el momento no tengo modelos eso hará que sin embargo no pierda de vista la figura." También escribe Van Gogh a su hermano sobre "refrescar mi meoria con el estudio bien riguroso de Delacroix y Millet." 623 F. "Me aparece muy dichoso que en este siglo haya habido pintores como Millet, Delacroix, Meissonier que no se pueden superar." 626 F de 12 de febrero de 1890. "Traté de copiar los Bebedores de Daumier y el Presidio de Doré, es muy difícil. En estos días espero comenzar el Buen Samaritano de Delacroix, y el Leñador de Millet". 613 F. ¿Te acuerdas del paisaje de Delacroix La lucha de Jacob con el ángel?" Daniela Fonti en Sarpe: "En 1889 Delacroix realiza un viaje a Holanda y también a Bélgica para concer la obra de Rubens. De regreso a París le encargan la decoración de la bilioteca del Senado, así como la de la capilla de la Virgen de Saint Denis del Saint Sacrament, para la que pintará una Piedad." Sin embargo esta piedad debe ser otra pues la copiada por Van Gogh está fechada en 1850 y ésta es anterior. He encontrado al menos otra piedad de Delacroix (de 1844, un boceto) pero en una escena de grupo, más a la manera de Rubens. Eugène Delacroix. Pieta. c.1850. Oil on canvas. Nasjonalgalleriet, Oslo, Norway. Simplemente quise dar cuenta de algunos aspectos compartidos por Delacroix y Van Gogh apoyados por la copia que Van Gogh hizo de la Piedad de Delacroix.