domingo, noviembre 09, 2014

Stanley Kubrick. Eyes Wide Open.


Nada más llegar a Viena salgo a dar un paseo vespertino. Tras dejar atrás el edifico Secesión, la Karlsplatz, la Ópera y la catedral de San Esteban, llego, caminando sin rumbo fijo, a la plaza Freyung, tras el Burgtheater. Allí veo un enorme cartel en blanco y negro de una joven sentada junto a una ventana, manuscrito en el pecho, ojos cerrados y cuello levantado, como memorizando un texto, su mano derecha acaricia un perrito. Es el anuncio de una exposición de fotos de Stanley Kubrick con el título de "Eyes Wide Open" (que parafrasea su película "Eyes Wide Shut") en el Kunstforum Wien. Decido ir sin falta al día siguiente. ¿A que es emocionante? Así que en mi primera mañana vienesa y tras visitar la Gemäldegalerie recalo, ilusionado, en esta sala del Austria Bank.
Entre los años 1945 y 1950 Kubrick realizó unos reportajes fotográficos para la revista estadounidense Look, la publicación rival de Life. En estos trabajos mini-biográficos de diversa índole Kubrick sigue a la aspirante a actriz Betsy von Fürstenberg, en fiestas y en su apartamento, a un joven limpiabotas de Nueva York, al actor Montgomery Clift y al boxeador Rocky Graziano, en ambientes domésticos (no fue el único trabajo ambientado en el mundo del boxeo que hiciera Kubrick, ya en 1949 publicó Prizefighter, un reportaje sobre el que luego filmaría el corto Day of the fight, un documental que podía verse igualmente en la exposición.

Sobre ella escribe Paul Duncan: "Day of the figt" es una película destacable para tratarse de una opera prima. Además de una fotografía y unos encuadres excepcionales, se aprecian aspectos estilísticos que, retrospectivamente, demuestran que Kubrick era ya un cineasta totalmente formado. En el cortometraje, un  narrador ofrece información útil, un recurso que el director utilizaría en diversas cintas para lograr efectos distintos. Por ejemplo, La naranja mecánica está contada por un gamberro carismático, mientras que Barry Lindon está rematada por el sarcasmo de Michael Hordern. En una secuencia  los gemelos Cartier se acercan a la cámara mientras ésta retrocede. Este travelling inverso, como se conoce a esta técnica, es uno de los movimientos de cámara más característicos de Kubrick, que lo utiliza en todas sus obras"). También pude ver foto-ensayos monográficos dedicados a Portugal, a los exámenes de la administración y al mundo del circo. En todos estos proyectos el futuro cineasta desarrolla una narrativa visual muy personal e innovadora ("Kubrick capta el espectáculo urbano en grande y en pequeño, historias individuales se combinan en un gran cuadro narrativo de la ciudad", reza -un poco retorcidamente, mi traducción tampoco ayuda- el tríptico de la exposición). Pero ¿cómo llega el joven Kubrick hasta aquí? Con 16 años Stanley llamó la atención de Helene O´Brian, la directora del departamento fotográfico de Look -cuenta Paul Duncan en la monografía "Stanley Kubrick. Filmografía completa"- gracias a una instantánea de un vendedor de periódicos cuyas portadas anuncian la muerte del presidente Roosevelt. Unos meses después Kubrick se incorporaba a la plantilla de la revista. En 1950 realizó "Debutante en pleno trabajo", sobre la actriz de Broadway, Betsy von Fürstenberg. En una de esas fotos se ve a la joven actriz -de belleza alemana, porte aristocrático (era baronesa), nariz respingona, melena corta rubia, una belleza que en la fotografía que me sedujo del cartel promocional de la exposición guardaba cierto parecido a Nicole Kidman -de hecho, el alegórico título de la muestra, que aludía a la película Eyes Wide Shut del propio Kubrick y donde Kidman interpretaba un papel protagonista, y la luz de la imagen que difuminaba los rasgos faciales, me habían hecho confundir a Fürstenberg con la actriz australiana, es decir, mi primera idea fue que se trataba de una exposición de fotos
realizadas por Kubrick durante el rodaje de Eyes wide shut y quizás otras de sus películas-, como decía, en una de las fotos se ve a la joven en un sofá acercando una copa a sus labios, medio dormitando, soñadora quizás, puede que algo achispada, y a su lado un tipo de sonrisa cortada que la observa y que, sin duda, la corteja (sin duda también, creemos que infructuosamente), al fondo un cuadro de Picasso (¿original o copia?), el retrato de Ángel Fernández Soto, señal de que la fiesta se produce en una vivienda de la alta sociedad y que, según Duncan, "comenta irónicamente las personas situadas en primer plano" -al igual que el acompañante de Fürstenberg, Fernández aparece fumando, sus dedos juegan entre sí rocambolescamente (unos dedos que recuerdan a los de Jesús entre doctores de Durero del Thyssen de Madrid), e incluso parece torcer el gesto de igual forma que el amigo de Picasso. Este cuadro de Picasso estaba en poder de la Andrew Lloyd Weber Foundation desde 1995 cuando lo adquirió a la colección Stralem por 29,2 millones de dólares, y su subasta en Christie´s de Nueva York en 2006 fue suspendida tras aparecer informaciones sobre una venta forzada en 1934 a los nazis. Finalmente, y tras argumentar la fundación que después de 1934 el cuadro había sufrido al menos cuatro cambios de dueño, volvió a salir a la venta en 2010 y fue vendido por 42,1 millones de
euros. Es el cuadro conocido como El bebedor de absenta (Noticia de la venta en 2010). Betsy Fürstenberg, nacida en 1931, participó en varias producciones de teatro de Broadway y en alguna serie de televisión a mediados de los cincuenta, quizás la más conocida de ellas fuera Alfred Hitchcock presents, ella salía en el capítulo The dissapearing trick (aquí se puede ver ese episodio). Antes del reportaje a Betsy Fürstenberg, de 1949, Kubrick había hecho el reportaje sobre Montgomery Clift, "Un chico glamour con pantalones holgados". En él se ve a Clift desayunando, con una sencilla y raída camiseta blanca. En el tiempo de la sesión Clift ya había trabajado con grandes directores (sus tres primeras películas fueron con Hawks, Zinneman y Wyler) y había sido nominado al Oscar por Los ángeles perdidos, sin embargo, Clift aún no había rodado Un lugar en el sol (1951) con Elizabeth Taylor ni Yo confieso de Hitchcock (1953) -de alguna manera existía una conexión entre Clift y Fürstenberg, ambos trabajarían con Hitchcock-. En estas foto-historias se puede reconocer al brillante cineasta que llegaría a ser Kubrick, por ejemplo, algunas de las imágenes en Lisboa parecen la antesala del Orson Welles de Sed de mal (1958). Kubrick fotografía a sus amigos en el Monasterio de los Jerónimos de Belém en Lisboa, en ese claustro donde todos los turistas nos hemos retratado -absurdamente-, y también en algunas poblaciones de pescadores. Las imágenes circenses hacen pensar en la época rosa de Picasso y en Degas (por ejemplo, ese ángulo imposible, que recuerda a alguna escena recortada de Degas, y en el que se ve a un agente del FBI vociferando con funambulistas de fondo), y las salas de espacios superlativos en las que se celebran las pruebas y donde las figuras humanas parecen pequeños juguetes inanimados y rememoran a Kafka de El proceso y anuncian a Antonioni de La noche y Desierto rojo. El joven Mickey ejerce de limpiabotas en las calles de NY. Bromea con los amigos, hace los deberes en casa,... Una entrañable historia que Kubrick desnuda de compasión y la envuelve en vitalidad y esperanza (una esperanza triste). En una de las imágenes vemos a Kubrick reflejado en un espejo (una disposición que recoge ideas ya usadas históricamente por Van Eyck en los Arnolfini y Velázquez en las Meninas) mientras retrata a una joven pin-up que se maquilla antes de salir a escena. Fue ésta una exposición inesperada (un aperitivo de lo que resultaría ser la antológica exposición de Antonioni que vería días después en la Albertina), muy bien diseñada, en total veinte proyectos fotográficos del joven Kubrick, las salas son amplias y diáfanas y con buena iluminación. A la salida no puedo resistirme y compro una postal de esa inocente Fürstenberg que aprende el papel de su vida...
Scan del tríptico de sala.

www.kunstforumwien.at/en

"¿Betsy o Nicole?".Foto de Kovalski